viernes, mayo 14, 2010

Las mujeres y los cumpleaños no se mezclan

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Las mujeres y los cumpleaños
no se mezclan
eso lo decía el poeta
cuando bebía de más en la taberna.

Tuve muchos problemas con mujeres durante mis cumpleaños
-contaba, con un vaso en la mano-
en resumen
el asunto se divide en dos:
en algunos no estuvieron
y en otros sí.

Una vez se quedó la que brillaba con luz
y la que me disolvía estaba lejos,
otra vez festejé primero con una
y después con la otra
y al final se me fueron las dos,
otra vez caminé solo
por la ciudad desnuda
no había ni hojas amarillas en la calle
y yo buscándola por todos lados,
otra vez nos llamamos para
saludarnos
pero dio equivocado
y nos perdimos el uno al otro,
en otro teníamos una cita
y la cancelamos
porque ella no recomendaba su compañía en ese día
porque su festejo es quedarse mirando un charco
hasta que se funda y no exista
hasta que cambie para siempre su condición
y la maraville esa partida.

Y yo
-decía el poeta sorbiendo su vino-
no se lo dije porque no lo sabía
nadie me avisó de esto cuando
me renovaron el contrato por un año
pero yo quería una fiesta decorada
con sus dedos serpentinas
presionar sus globos blancos, repletos de flores,
y como único cotillón
las hebras de su pulóver
cayendo sin pausa abajo de alguna cama.
.
y acá estoy, condenado
a emborracharme en el bar y después
la caravana con amigos
la cocaína en secreto
el amanecer extasiado
en una gasolinera de luces rojas
en la ruta del invierno
acordarme de todo a la vez
y olvidarme después
quedarme solo
tambaleando
mirando la llave tropezar en mi puerta
porque al final, los cumpleaños
son entradas a otro lado
donde siempre
me encuentro conmigo.






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