martes, octubre 20, 2009

Canción de amor interprovincial

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Las canciones y los viajes
nos llevan lejos de las cosas
estallamos por las rutas
bebiendo café cargado en las gasolineras
ventiladores alocados en hoteles de paso
ignorando hipsters que no saben nada
de nosotros.

Las carreteras son pavimento
q dialoga con viajeros
un corazón dividido
en dos extremos de la vía
canción de amor interprovincial
estoy traficando por la frontera
esa droga que nos hace bien y mal.

Tarareo el tema de los créditos
de nuestra película muda,
secuencia de cintas y rayos de luz,
calesita infinitas, manijas que rechinan
posters fotocopias
directores franceses
la maquinaria proselitista de los ciclos de cine
a los que falto para no verte
sentada en las butacas.

-Somos lo que proyectamos -dice el cinematografista-
al cambiar el carrete con total interferencia.

Las otras canciones
de acordes menores
parecen salidas de una mala discografía
la radio irradia música de noche
que nadie programa
la chica se acerca al coche
y nadie la llama
decenas de pesos por una chupada
quedarme en esos ojos navegando sin mañana
tiene un precio muy alto para el alma.

El pacto es por monedas
como la venta de un Dios.

Esta canción de amor
especial, con los acordes
de otra tonada, robada,
se canta de noche cuando no queda nada
ni amigos que llamen, ni amantes despiertas
ni todas las cosas que desesperan
hilo de coser
demasiado largo
huellas en el vaso
de labios pintados
una colilla vieja
en el armario
donde están las revistas
de amor lejano

Canción de amor
mentirosa, brutal
interprovincial
quebrada por oscuras carreteras de tierra
como venas rotas en ojos estrellados
que vos y yo transitamos
con un solo mapa:
electrocardiograma que muestra distritos dibujados
por un corazón latiendo acompasado.



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