jueves, junio 10, 2010

Pueblo fantasma

Abandono mi vieja libreta
tenía demasiadas palabras
camino por la marca que divide
la comarca
la simetría es mía
somos la ciudad que habitamos
no importa de dónde vengamos
estamos quebrados
por la geografía
la cartografía
la serigrafía que imprime
el transfer
que nos identifica.

Todos saben que el pájaro es
como la palabra
se vuela
cada vez que la digo en voz alta
y entonces voy a ver si sigue
inmóvil en el cable de ese balcón
o si está levitando por Necochea Indoor
cruzando oroño con sus moños
hacia la terminal
es decir, donde los poetas terminamos
mundo que es una isla
repleta de solitarios.

Mientras espero
que toque la campana
rodeo el barrio que me guarda
en este tiempo de vanguardia
me lo aprendo de memoria
sus portones, sus hojas en el piso
sus calles de nombres misteriosos,
como un acrílico
de locas acuarelas dialogando
después de trabajar intensamente
sobre mi cuerpo caballete.

Yo escribiría tu piel
con tinta china
para que no se borre
pero vos me das
este fibrón lavable
el mismo que uso para etiquetas
de discos regrabables.

Yo guardo un secreto:
no importa lo que diga,
voy a leer cada día
de forma obstinada
este graffiti de nosotros
que se borra despacio con las lluvias
esas que caen cuando estás triste
esas que son cada vez menos
pero dejan las calles
con las canaletas cubiertas
de hojas secas
y hojas mojadas
enredaderas enredadas
en las bocas de tormenta
que tengo en cada esquina
de mi pueblo fantasma.







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