lunes, agosto 02, 2010

Blues del mate cocido






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Escucho el blues de mate cocido
en un mp3 vencido
gastado, con poca batería
repite melodías hasta el cansancio
este aparato ensamblado
en un país lejano
y traído a mis manos para
decirme una y otra vez
que ya no estás a mi lado.

Las estrellas me dictan un mensaje
que corre por avenidas invisibles
hasta tu pieza
y se convierte en luz
de tu mesa de luz
dice que en el carguero dejé un agujero
llevando tu ausencia
hasta la ciudad
donde dormís cada noche
antes y después
de que pase por tu vida
igual que atraviesa la ruta un vacacionista
inadvetido como la foto de un escritor
con su bibiloteca de fondo
mientras hojeás una revista.

El blues de mate cocido
suena como arrastrado
parece encadenado
alguien me dijo
que tenga cuidado
porque lo escuché demasiado
perdí la cuenta de las vueltas
que dio en la casettera
lo escuche por vez primera
después de la tormenta
me quedó el corazón
cubierto de vendas
pasé por la sala terapia intensiva
del viejo hospital de los muñecos
donde llegué malherido
buscando la monodroga
que me calme el dolor
y borre la memoria.

El blues del mate cocido
está en La Mayor
después pasa a mi menor
el estribillo está en si
pero no llega nunca
repito el solo
de doce compases
que parecen no tener fin
tuc tu pá tuc tuc tu pá
parece un corazón cansado
de latir acompasado
en seis octavos
tiene color pardo
como la hierba en invierno
como el mate lavado
como el prensado
como los ojos que un día
me miraron.

El blues del mate cocido
es un gran tazón hervido
me dice que seré vapor
y seré bebido
de un trago por la mañana
cuando me haya despertado
de ese sueño repetido
en el que vos estás conmigo
y nada nos cortó con un cuchillo
no somos dos mitades
somos uno, pero eso eso es lo que
vivo cuando estoy adormecido
cuando en mi ventana hay sol
en mi playlist suena el blues
del mate cocido
que tiene sabor a yerba
y, como todas las cosas que escribo,
a olvido.









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