haciendo equilibrio
para no resbalar, ni caer
al abismo
sólo caminamos
como por un hilo
un pie después de otro
es divertido.
No sabemos que estamos
bajo árboles que nos dan sombra.
Vamos a la escuela
mirando la
veloz defoliación
una calle tan dorada
que se confunde
con los cereales
y los carteles
despintados
de seven.
Siempre con la mochila a cuestas.
El museo esta ahí
en la pizarra
las clases detenidas
las fantasías animadas
las palabras escritas
las vestimentas de las chicas
todo brillante iluminado
como el sol
que dibujamos en el cuaderno
cada día.
Siempre con la mochila a rastra.
La campana suena ocre
como una hoja mustia
a veces anuncia
los horarios con retraso.
siempre con la mochila cargada.
Y el viejo camino
de regreso a la casa
por los infinitos cordones amarillos
haciendo el esfuerzo
para quedar en el medio
y nunca caernos
a ningún lado.
