La revolución del microcentro

"Tears", realizado por Josefina Gigón con sus propios dibujos, 
música de Federico Viana, fotos de Maxi Comforti
y el poema de Francisco Marzioni.

Silvia supo



Me habían contado tu secreto
en voz baja, musitado
entonces te vi cocinando en ciertos domingos
y me preguntaba
si tu pensamiento a veces
no estaría rebobinando
de vez en cuando
ese lado.

Tu secreto estaba también
en las fojas de algunos procesos judiciales
en la boca de algunos hombres de leyes
que dictan lo que debe ser
castigado
o perdonado.

Tu secreto
que guardabas con los tuyos
y tus causas
era de lo que menos hablabas
con los que te rodeamos
eventualmente
pero es lo que dejaste
entre nosotros
cuando tu cuerpo quedó vacío
en el corazón de la ciudad
que habitamos.

Tu nombre se convierte
en una pancarta
una bandera
un afiche convocando
a una marcha
en la foto de facebook
de un pibe que fuma en un baño del colegio secundario
y sueña con
la revolución del microcentro
la misma que vos hiciste
con tu armadura de varas
que recubre a quien regresa del infierno
para contarlo
y asegurarse que nadie
nunca más
ninguno de los suyos
vuelva a ver las llamas
de los demonios del pasado.

(Al braserío de allá abajo
nos llevan los actos altruístas
eso me lo dijo un humorista
cuando no se reía)


Como aquel dios de los cristianos
te llevaron lejos
con rencor y sangre y espinas
y ahora damos vueltas al microcentro
la plaza central
nuestos canteros
diciendo tu nombre
contando tu secreto
jurando que ya nunca
olvidaremos.

Quienes no quieran saberlo
sigan viendo las vidrieras
con muñecos y vestidos y ofertas
sigan viviendo
en su maqueta.

Nosotros
los que llevamos tu foto
en nuestras manos
caminamos
de vez en cuando
las calles donde viviste
sufriste
supiste
contaste
y partiste
dejando tu nombre estampado
en el empedrado
somos la ciudad
que no te olvida
porque se mira a sí misma
pero no quiere ser la misma.


Silvia
tu nombre es el mecanismo
para abrir la caja registradora
la contraseña para guardar
en el disco rígido
de una ciudad
que quiere despertarse de la anestesia
y poner a andar la sinestesia
el ordendor
el sistema operativo.

Los que prefieren
borrar tu nombre de las listas
pancartas afiches y revistas
son conservas exhibidas
en el supermercado del pasado
latas oxidadas
con fecha de vencimiento
que ya no quiere más nadie
en ningún lado
el fuego que encendiste
con lo que hiciste
es una chispa
incandescente
en los corazones
de la gente
que camina
la plaza con flores
y nuestra avenida
la que cruza el centro
dejando preguntas por todos lados
sembrando tu nombre
y tu secreto
multiplicando
formando un grito
unísono
que pide
que ya nunca más
exista el olvido.

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