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Voy camino a El Paso
tocando una guitarra grave
temblando en la arena
el slide de los días de verano.
Voy camino a El Paso
a tatuar la piel, escribirme
en un idioma extraño
para que este año
en la frontera
signifique algo
porque no sirve de nada
si no me hago daño
sin las marcas que digan
de que lado estoy
del ganado.
Voy camino a El Paso
el diablo me anda buscando
y yo me ando escapando.
A este lugar lo rodea un desierto
gobernado por mí mismo,
de nosotros dos
quedan pocas huellas
una falla en el censo
la reseña de una película mala
poemas que no alcanzan para nada
letras dibujadas
en blogs que no tienen tráfico
como los caminos de El paso
con su paviemnto cuarteado
herido por la luz.
Voy camino a El Paso
a buscar el mescal
que te borre del mapa
comprado por monedas en una gasolinera,
intenté dejarte en la cabina de peaje
donde abandono mi cambio
pero te llevo hasta el próximo cartel
que me diga cuanto falta
para parar y comer
en mi autoestéreo
suena una Les Paul
un solo que se toca
cuando no queda nadie en los bares.
Voy camino a El Paso
dejando tus ojos
en todos los vasos.
Voy camino a El Paso
llevo colgada en el retrovisor
una estampita de San Jorge
para matar un dragón
que por dentro me come.
Voy camino a El Paso
me armo uno para el viaje
(un faso)
Voy camino a El Paso
donde nadie escucha mis pasos.
entrando en la cantina
buscando trabajo
o tocando en el bajo
un riff de pentatónica
que suena despacio.
Voy camino a El Paso
en la entrada hay calaveras de vaca
de ojos vacíos
anunciando
que estoy llegando
a destino.
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