...
Dibujabas acuarelas en mi boca
cada vez que te pintaba,
de eso me queda
el word abierto
y una ventana que titila tu naranja.
No está mal,
podría tomar mate con tu fantasma
para siempre,
pero en los poemas se me cuela tu nombre
como una droga que no se abandona del todo.
Mientras carga cuevana
y empieza una parte de la madrugada
donde casi nadie habla
yo escribo palabras
que vas a leer pero
no te van a decir nada
con suerte lo mandás a favoritos
y con mucha más
me dedicás una paja.
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