domingo, diciembre 22, 2013

Alto el fuego, es Navidad!

Alto el fuego nena
no dispares más
en este tiempo raro
todo puede pasar
mai dire mai
permitite imaginar
que en el árbol podés encontrar
algo de mí si te portaste
bien y mal.

Hay olor a pólvora
el calor de diciembre
afecta la parte en que reside
el rencor y la ansiedad
la brasa de la Navidad
en la selva
se escuchan tiros
diciembre bienvenido
se queman containers en las calles
y la yuta se amotina
en las esquinas de provincia.

Pasé mis días
en un gimnasio donde después de entrenar
hacemos un asado en la vereda
pres de banca en invierno
dandole duro al fierro
los dedos en las letras de plástico negro
golpeando con la furia mental de un jedi aburrido
de llevar la espada colgada en el cinto.

Hay olor a pólvora
explota como chapa que cae de piso siete
el tabaco lento dulzón de la botella humeante
en cada vereda hay perros que guardan cucha
y dueños en feisbuc que lloriquean
mascando morcillas sangrientas
de Navidad.

La Navidad es la droga que todos tomamos
pero nos pega diferente
Ale le da play a Bootsy Collins
y baila solo en la pieza
Marina se pone sus aros de la suerte
a ver si se lo encuentra
Germán mira un vaso de coca
que pierde gas
un pariente le habla de edificios
cómo se construyen, cuánto cuestan
quién los financia
la paranoia condimenta las ensaladas
que yacen sobre los menteles de la Navidad
hay una abuela quieta
te dice que un día serás
panóptico silencioso
el mutismo como traje antiradiación
mirar y tuitiar con la mente
al servidor fantasma de lo que fuimos.

Todos tenemos un puching ball secreto
que usamos en verano y en invierno
yo le voy a pegar a tu foto
cuando tenga un tiempo muerto
pero ahora alto el fuego
con mis amigos culturistas
gimnasitas de salón
dejamos el guante quieto
esta noche festejamos
el nacimiento del cristo crucificado
voy a levantar mi vaso
de vino de invitado
brindar por las batallas secretas
que libramos en lo oscuro
seguir con porrón de madrugada
sentado en la vereda
ver pasar las chicas
reírse del viento en la cara
que el agua amarga apague la brasa
de ver llegar el próximo día.


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